miércoles, 6 de febrero de 2013

Paráfrasis de la lectura "Psicología del mexicano en el trabajo"


Capìtulo 1
Capacitación, productividad y psicología nacional.

a) La clave para comprender el subdesarrollo de México, se encuentra en la ideología (idiosincrasia) de su población.
A pesar de que México cuenta con una gran diversidad de riquezas naturales y su posición geográfica es ventajosa, debido a que no logra administrar ni aprovechar sus recursos, es aún un país subdesarrollado, esto se atribuye en gran medida a la forma de actuar de la población, la cual puede contrastarse en dos categorías: una conducta activa e ingeniosa mientras que otra es apática e inhibida. El primer grupo de personas es quien se está preocupando por analizar y estudiar la situación del país para poder mejorarla.
Existe un gran número de literatura e información sobre productividad, finanzas y administración en diversos países del mundo, pero no basta sólo con tener los conocimientos teóricos, técnicas y métodos para lograr la eficiencia en las organizaciones, sino que la base de ello se encuentra en el componente humano.
Las  personas son distintas en los diferentes países y, si no somos iguales aún siendo seres humanos, tampoco lo seremos como trabajadores pues somos el resultado de la interacción de la combinación de tres elementos: 1) la genética, es decir, la herencia biológica de nuestros antecesores; 2) el ambiente, que va desde el medio geográfico (clima, relieve), hasta la cultura y la situación familiar en la que vamos creciendo y desarrollando el factor número 3) que corresponde a nuestra personalidad y es ahí donde se encuentra el origen de las conductas laborales de los seres humanos, en la idiosincrasia y psicología de cada nación. 
Si se desea comprender y orientar a los mexicanos hacia la eficacia en la productividad es muy importante conocer “la psicología del mexicano” la cual no puede separarse de “la historia del México”   y de su cultura.  
b) La mexicanidad, objeto filosófico y psicológico.
Actualmente existen características que nos hacen identificarnos como una nación y distinguirnos de otras, a esto se le llama mexicanidad. Sin embargo para consolidar esta identidad social, tuvo que pasar un largo periodo de tiempo desde La Conquista (que fue conocida como la época novohispana) hasta que en 1821, a la consumación de La Guerra de Independencia que empezó a generarse esta conciencia nacional. El autoconocimiento nacional se consolidó en 1910, durante La Revolución Mexicana pues fue cuando algunos mexicanos como José Vasconcelos, Antonio Caso y Samuel Ramos se preocuparon por conocernos nuestra identidad como pueblo y en aquella época, de la mano de muralistas como Diego Rivera y José Clemente Orozco, lograron plasmar las primeras huellas de lo que constituye a la mexicanidad, la cual no sólo se estudió desde al ámbito sociológico y artístico sino también filosófico.
Capítulo 2
Los procesos de aculturación del ser humano
Los seres humanos aun perteneciendo a la misma especia, poseemos características  físicas y psicológicas muy particulares, que van a ir dependiendo del ambiente en el que nos desarrollamos. Se dice entonces que tenemos una doble adaptación porque por un lado, nos amoldamos a un medio natural (que influye en nuestros rasgos fenotípicos) y por otro a un medio socialmente creado: la cultura, que constituye usos, costumbres, tradiciones y creencias de un lugar determinado, las personas podemos crecer en uno o más de estos medios físicos o psicológicos y sociales. Es de esta forma, mediante la interacción de la herencia biológica, junto con las experiencias de vida de cada persona como se va entretejiendo la idiosincrasia individual y colectiva de todos los seres humanos.
Haciendo una metáfora, creo que los seres humanos somos como una barra de plastilina, aunque estamos hechos básicamente del mismo material, la cultura toma el papel de las manos que, al aculturarnos o inculturarnos moldean y dan forma a nuestra mentalidad: nuestra forma de pensar, actuar e incluso sentir y expresarnos (pues abarca desde el lenguaje, hasta los usos y costumbres de un lugar determinado) que corresponde a la de la región en la que crecemos; sin embargo, éstos no son tan definitivos, como lo son los factores biológicos que nos constituyen.
La cultura está compuesta por un ramillete de elementos, dentro de ellos,  sin duda una de sus bases esenciales, se encuentra en los valores, pues son los ejes que la guìan y definen en diferentes contextos como la familia, la escuela, el gobierno, la religión, el trabajo, entre otros. Los valores forman el timón que dirige el carácter social, el cuàl distingue a una comunidad humana de otra.
Para poder analizar la psicología de una nación, en este caso, la psicología del mexicano, es indispensable remontarnos al pasado en busca de los orígenes del país e identificar los episodios importantes que ha tenido la existencia del pueblo en cuestión, las fechas no serían tan importantes sino la manera en la que las personas se han involucrado en estos hechos históricos, pues finalmente, los seres humanos son quienes a lo largo del tiempo han sido los autores tanto de su historia personal, como colectiva.
Se ha catalogado al mexicano, como una persona floja, irresponsable y poco comprometido con su empresa, éste no es una problemática actual, sino que viene enraizada desde años, siglos atrás. Esta apatía mexicana, puede contemplarse desde dos perspectivas: una  conformista, que no llevará a ningún lado, y otra, que podría catapultar a un gran cambio en la personalidad del mexicano, pues nos haría más conscientes de la situación en la que nos encontramos para poder buscar e implementar estrategias para mejorarla, pues, parafraseando a Marc Bloch: Si se ignora el pasado del país, será muy difícil comprender si estado presentes, pues somos producto de la historia nacional.
Capítulo 3
La sociedad mexicana, su génesis y su cultura.
Los  mexicanos actuales, en resumen, somos la combinación de tres ingredientes distintos:

  •    El elemento indígena: durante la época prehispánica, en el país existieron un gran número de tribus indígenas, pero puede decirse que la más sobresaliente fue la cultura azteca,  quien se mostraba muy autoritaria en cuanto a los términos religiosos. Aunque este componente fue violentamente apagado durante la conquista española, aún permanece latente en el inconsciente colectivo de los mexicanos. Como se ha mencionado al principio del documento, el valor indígena vuelve a recuperarse hacia el año de 1910 con los movimientos sociales e intelectuales que surgieron dentro del país.
  •   El elemento hispano-cristiano: que se refiere tanto a la mezcolanza ideológica como biológica que se dio cuando los españoles llegaron a conquistar las tierras americanas: que incluyen el catolicismo español más el absolutismo de la corona española.
  •   Existe un tercer componente, que es relativamente más reciente que los dos anteriores, se trata del elemento anglosajón; el cuál ejerce influencia directa sobre nuestra cultura pues proviene de nuestro vecino capitalista: Estados Unidos de América.
a)El componente indígena
La cultura azteca, es la más representativa de la época prehispánica pues se mostraron siempre dominantes y lograron expandir su cultura a los demás pueblos indígenas.
La cosmovisión del pueblo azteca era cíclico y apocalíptico, pues así como la naturaleza pasa por diversas fases: el nacimiento, el desarrollo, la plenitud y la muerte, el fin era inminente pero al final todo en el Universo volvía a empezar mediante la sucesión de soles o mundos. Su perspectiva entonces, era fatalista, la destrucción tarde o temprano llegaría. Según sus predicciones, a principios del siglo XVI del calendario gregoriano, llegaba a su fin la época cósmica del Quinto Sol y se creía en la llegada de Quetzalcóatl (y coincidentemente, para esas fechas desembarcaron los españoles a América, y su llegada causó asociación con el regresar de su dios).
Los aztecas creían deberles obediencia y sumisión a sus dioses, pues los hombres habían sido creados con ese único objetivo. Para poder honrar y fortalecer a sus dioses, llevaron a cabo sacrificios humanos. Otras características del pueblo azteca fueron:
-Poseían una sociedad marcadamente jerarquizada de manera piramidal, es decir, tenían estratos sociales: en la punta, y con menor número de integrantes, se encontraban los guerreros, los nobles y los sacerdotes; la cabeza de todo era el tlatoani o gobernante.
-El aspecto productivo, dependía además de los caprichos de los dioses (como el de la lluvia o el de la fertilidad) a los que tenían que complacerlos a través de ofrendas  y sacrificios para que éstos se mostraran benévolos y les permitieran tener buenas cosechas y demás beneficios.
-Su lenguaje, mentalidad y expresión, eran sobre todo metafóricos…de contenido más bien subjetivo que realista y objetivo. Manejaban mucho simbolismo y expresión poética.
-Se dice que si mentalidad es “teológica-paragógica-dramática” porque el Universo se encuentra en una eterna lucha entre fuerzas antagonistas: el bien y el mal. Los sacrificios humanos representan el renacimiento de la vida a través de la muerte.
-La cultura se sostiene por tres pilares: la religión, el comercio y la guerra. La ciencia se encuentra salpicada por ciertos toques religiosos y místicos, y aunque en cuanto al conocimiento de la naturaleza y del mundo por medio de la astronomía y las matemáticas estaba muy desarrollado, apenas existían escasos avances tecnológicos.
-Como creyeron estar bajo el dominio y capricho de sus dioses, aprendieron a tener una actitud pasiva ante lo que les acontecía, con una actitud resignada y dependiente.
Aunque aparentemente estas características mencionadas anteriormente eran pesimistas, eran las que le dotaban sentido y orden a la existencia de este pueblo. Sorprende saber que para la época en la que se encontraban y la tecnología que manejaban, la organización social era uno de sus fuertes: los bienes estaban bien distribuidos y la educación era obligatoria para todos, había bajos índices de delincuencia y de alcoholismo.
-Procuraban ser complacientes con sus superiores y que se sometía y sometía a los otros ante el mandato divino.
b)El componente hispano
A partir de 1942, cuando se hizo oficial el descubrimiento de 2El Nuevo Mundo”, muchos países europeos en su ambición de apoderarse de  “las tierras prometidas” comenzaron a realizar cruzadas y viajes hacia América con la finalidad de iniciar una colonización para apropiarse de los recursos y de las tierras que existían en este continente. México no estuvo exento de ello, y así como inició una Conquista militar, también hubo una Evangelización religiosa, aquí llama la atención una frase que se menciona en el texto: “Comenzaron las conquistas de indios acabada la de moros, porque siempre guerreasen los españoles contra infieles”, casualmente, cuando se descubría América, los españoles apenas terminaban su lucha contra los moros para recuperar las tierras sagradas, así que ya eran especialistas y sanguinarios en batalla, lo que se corrobora al llegar aquí por la forma tan déspota y violenta con la que trataron a los indígenas con el afán de apoderarse de sus tierras.
Del grupo de españoles que pisaron tierras mexicanas (aunque aún no eran conocidas asì en ese entonces) pueden distinguirse dos grupos: los soldados y militares, que eran intrépidos, aventureros, toscos y sedientos de poder y fortuna; los frailes misioneros, que eran personas afanosas, de carácter suave pero muy rígidos en su forma de pensar, sumisos ante los militares y el gobierno español pero no de igual forma con los indígenas pues con tal de imponer su ideología religiosa fueron cómplices de los actos atroces que cometieron los soldados en nombre de la corona real. Es así como surge la conquista se da a través del virreinato y el mandato arzobispal, las razones que los trajeron a conquistar América fueron tres:
·         La ambición por obtener riquezas y poder, la aventura.
·         La idea de civilizar a nativos  en educación y costumbres adecuadas, pues èstos pueblos blancos menospreciaban su posición al creer que por tener usos y costumbres diferentes eran menores en estatus.
·         El fin caritativo de inculcarles la religión cristiana para garantizar la salvación de estos pueblos, que tenían ideas absurdas y ponían su fe en los dioses equivocados.
De entre los conquistadores, una figura representativa es Hernàn Cortès, pues era audaz y hacía todo cuanto podía para lograr lo que querìa pasando por encima de otras personas.
Contrariamente a como somos en la actualidad los mexicanos, que depositamos cierta responsabilidad en la religión, desde que los españoles llegaron América ellos ya poseían una mentalidad práctica y autónoma de sus creencias religiosas. En otras palabras, los españoles no veían a la religión como algo para recargarse sino como  que, junto con su voluntad, podría catapultarlos hacia sus aspiraciones. Los mexicanos muy “Dios proveerá” y los españoles muy “ayúdate, que Dios te ayudará”.
Suele disfrazarse a la imagen de los militares españoles con un aire paternal, rígido y severo, y a los misioneros los dotan con unas cualidades más suaves y compasivas, pero la realidad fue muy distinta. Con el afán de apodrarse de las tierras y de los nativos, y de convertirlos a la fe cristiana ambas partes llevaron a cabo actos atroces, y creo que atroz apenas describe los horrores por los que pasaron los indìgenas: destrozaron su organización social, creencias  y cultura.
Durante el virreinato no sólo hubo un cambio ideológico en el pueblo hispano, sino que también el medio natural comenzó a verse modificado con el empleo de la tecnología traída de Europa.
c)El choque de las culturas
Leyendo este subtema, es curioso recordar como en los libros de historia de la escuela al hablar de la conquista española, mencionaban un “encuentro entre dos culturas” cuando en realidad lo que ocurrió fue un enfrentamiento entre dos mundos, uno para defender sus tierras y otro para imponerse y dominar nuevos territorios. El producto de ello no fue una mezcla uniforme sino más bien heterogénea.
Nunca hubo negociaciones ni argumentos entre conquistadores y nativos, sólo un enfrentamiento cruento y sangriento. Al estar desprovistos de armas y tecnología, los naturales no tuvieron más que resignarse y someterse a la imposición española. Fueron despojados de sus tierras, de su organización social, de sus creencias y costumbres: quedaron en desamparo total.
¿Por qué los españoles llegaron a “Las Indias” sintiéndose con todos los derechos sobre estas tierras? Buenos pues, porque en efecto, la tenían. La corona española les entregó a los eclesiásticos misioneros las concesiones para evangelizar al nuevo mundo, un acto “caritativo” para guiarlos a la salvación pues según las políticas papales, los aborígenes paganos estaban obligados a concederles sus posesiones a los únicos hijos de Dios. La guerra entre ambos bandos fue terriblemente brutal, tanto que los siglos transcurridos desde entonces no han sido suficientes para superar el trauma.
Los nativos no podían diferencias entre “españoles” y “cristianos”, para ellos eran los mismos. Los invasores llegaron con la intención de propagar la palabra y el amor de Dios, pero al mismo tiempo con el afán de dominar, los españoles eran crueles y sanguinarios; no bastaba sólo con asesinar a los indios que no querían acceder a someterse a su cultura, sino que los torturaban y hacían sufrir: los quemaban vivos o entrenaban a perros hambrientos para que los despedazaran y comieran su carne, fue una masacre total. Los colonos al menospreciar a los indígenas, abusaron de sus mujeres y el producto de esta unión fueron los mestizos;  mayormente conocidos como “los hijos de la chingada”. Al quedar la imagen de la mujer devaluada ante su propio pueblo y menospreciado por los españoles, el mestizo era de igual forma devaluado y despreciado, no pertenecía a ninguno de los dos mundos, ahora los indios y mestizos tenían que buscar su propio sitio en el mundo. Aún después de largos años, los mexicanos guardamos en la historia   la presencia de estos tres factores: la Conquista, representada por la figura de Hernán Cortés; la resistencia llevada a cabo por los nativos, encabezada por Cuauhtémoc y la docilidad y maleabilidad simbolizada con Juan Diego.



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